Barómetro Generación Empresarial: se detiene avance en percepción de probidad en compañías
La última edición del instrumento indica que si en 2022 un 89% de los consultados aseguraba que la organización en la que trabajaba tenía valores establecidos y los promovía, dicho universo descendió a 87% en 2023.
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La preocupación por la probidad y la integridad es un tema que llegó para quedarse al interior de las organizaciones. Sin embargo, el esfuerzo de las líneas directivas para posicionar este tema pareció haber generado algo menos de eco en la interna de las instituciones el último año con relación a 2022.
La última versión del Barómetro de Valores e Integridad Organizacional 2023 elaborado por la Fundación Generación Empresarial (FGE) mostró que un 87% de los consultados el ejercicio pasado aseguró que la organización en la que trabaja tenía valores establecidos y los promovía. Dicho universo era de 89% el período previo.
Lo mismo ocurrió con los encuestados que plantearon sentirse muy representados por los valores de su organización y con la afirmación de que los directivos actúan de acuerdo con dichos valores. Si en 2022 dichos porcentajes llegaban a 73% y 74%, en 2023 las cifras descendieron levemente hasta 71% y 72%, respectivamente.
“Los gobiernos corporativos deben tener un rol protagónico, impulsando políticas y procedimientos preventivos”, dice Janet Awad.
El estudio, que esta vez contempló a más de 44.724 encuestados, trabajadores y directivos de 165 organizaciones, se ha instalado como un instrumento que busca recopilar información sobre la percepción del grado de madurez en cultura de integridad, incluyendo el compromiso de los liderazgos organizacionales, definición, vivencia y comunicación de valores al interior de la organización.
Para la presidenta de FGE, Janet Awad, si bien los resultados del Barómetro FGE son alentadores, “nos llaman a redoblar los esfuerzos para promover las buenas prácticas y el actuar ético”.
En esta labor, destaca la ejecutiva, “los gobiernos corporativos deben tener un rol protagónico, impulsando políticas y procedimientos preventivos que tienen que ser supervisados e ir aparejados de castigos ejemplificadores”.
Para Awad, además, los resultados refuerzan que “de nada sirven los códigos de ética, los modelos de prevención de delitos y otras herramientas de compliance si los líderes de las organizaciones no ejercen la integridad dando el ejemplo, fijando el tono desde la cima para que este eco baje y se amplifique, permeando a las personas e instalándose en ellas a través de capacitaciones y actividades formativas”.
Más capacitaciones
Si bien pudo caer levemente la percepción de probidad en la interna de las organizaciones, los resultados arrojaron que esto es algo que no desanima a las compañías -de todas formas se trata de números altos de compromisos- y, por el contrario, cada vez son más las actividades para abordar el tema.
De hecho, un 78% de los consultados dijo haber participado en capacitaciones sobre valores, comportamientos éticos o código de conducta, cifra más alta que el 75% registrado en 2022.
¿En qué materias están capacitando las empresas? El listado es más bien amplio y destacan revisión de buenas prácticas, conducta ética o buen comportamiento; mecanismos de denuncia de comportamientos antiéticos, prevención de delitos promovidos por la Ley; e impacto medioambiental, entre otros.
Con respecto a la utilidad que tiene este tipo de perfeccionamiento, la investigación de FGE arrojó que para un 77% de los consultados se trata de espacios útiles para fomentar conductas íntegras.
Seguimiento a las transgresiones
En esta edición, el Barómetro volvió a profundizar en la existencia y conocimiento de sanciones a personas que hayan realizado conductas inadecuadas.
Aquí, por ejemplo, se observó que para un 72% de los consultados sus organizaciones combaten activamente la corrupción, colusión, coimas, entre otros. En 2022 el resultado fue 71%.
Con respecto a las posibles sanciones que se pudieron haber cursado, la medición mostró que un 44% de la muestra señaló haberse enterado de la realización de sanciones, mientras que un 49% dijo no estar seguro de si su organización ha aplicado sanciones por transgredir normas éticas.
La encuesta, además, mostró que, del total de personas entrevistadas, 1.604 declararon haber observado un incumplimiento o transgresión a la integridad. De este universo, un 38% las ha denunciado, un 39% no lo ha hecho y un 22% ha intentado resolverlas personalmente.
¿Y después de la denuncia? Aquí el barómetro arrojó que, en el 34% de las situaciones, se investigó y resolvió el tema, mientras que en el 36% solo se notificó la recepción de la denuncia y/o ninguna respuesta adicional.
Independiente de los resultados, para la gerente general de FGE, Fernanda Hurtado, la última edición del barómetro evidenció que “cada año son más las organizaciones que aceptan ser parte del Reconocimiento FGE y en 2023 batimos un récord”. Y agregó: “Las felicitamos a todas porque al ser parte de este proceso declaran que están comprometidas con la construcción de una cultura de integridad, labor indelegable que están abordando colaborativamente como un eje estratégico de trabajo”.